Estimados vecinos,
A medida que se acerca el final del verano y un nuevo año académico, nos encontramos en la víspera del Día del Trabajo, un momento para celebrar el papel fundamental del movimiento obrero en la construcción de la narrativa de progreso y logros de nuestra nación. Este día, establecido a finales del siglo XIX, refleja el espíritu inquebrantable de los trabajadores estadounidenses, cuyos esfuerzos colectivos han sido cruciales en la lucha por prácticas laborales justas y derechos equitativos.
Históricamente, la demanda de justicia laboral ha unido a innumerables personas bajo la causa de la sindicalización, dando origen a movimientos que persisten en su lucha por condiciones laborales mejores y salarios dignos. Cuando los ecos de las huelgas y manifestaciones resuenan, recordamos el poder colectivo de las voces obreras, abogando resueltamente por cambios significativos.
Con una trayectoria de 23 años como líder sindical comprometido, mi equipo y yo estamos dedicados a reforzar y ampliar los derechos y la dignidad de los trabajadores de Nueva York. Nuestra dedicación se nutre de una historia de lucha codo a codo con los trabajadores sindicalizados, defendiendo el derecho de cada trabajador a un trato justo y a oportunidades equitativas. Es una misión permanente para asegurar que el legado laboral no solo perdure, sino que prospere, fomentando un futuro donde la contribución de cada trabajador sea reconocida y valorada.
Defensa de la responsabilidad y la oportunidad en este curso escolar
A medida que nos acercamos al nuevo año escolar, las familias se preparan para enfrentar un periodo lleno de desafíos y oportunidades. En este momento crucial, es esencial reafirmar nuestro compromiso con la supervisión de la distribución de los fondos escolares, abogando por la transparencia y la rendición de cuentas en cada dólar invertido. Con décadas de experiencia en la defensa de la educación y logros legislativos significativos, he sido testigo del potencial que una financiación adecuada puede desbloquear.
Siempre he sostenido que una educación de calidad no es solo una necesidad básica, sino también la piedra angular para romper el ciclo de violencia en nuestras comunidades y promover el progreso social. A través de un esfuerzo colectivo y una dedicación constante, podemos asegurar que el camino hacia una educación de calidad esté abierto para todos, derribando barreras y elevando nuestra comunidad. Iniciemos este año académico con la firme determinación de efectuar cambios perdurables, defendiendo el poder transformador de la educación para construir un futuro mejor para cada estudiante.
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RJ
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