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Estimados vecinos,
Son momentos decisivos que ponen a prueba no solo nuestra paciencia, sino también nuestra determinación. Las decisiones tomadas en los pasillos del poder resonarán por generaciones, moldeando el mundo que heredará la futura generación. Pero la historia nos ha enseñado que el verdadero cambio no se concede; se exige, se lucha por él y lo logran quienes se niegan a callar.
Hemos visto lo que ocurre cuando no participamos: las políticas se escriben sin nosotros, los presupuestos se aprueban en nuestra contra y el poder solo sirve a los privilegiados. Pero también sabemos lo que sucede cuando nos levantamos, cuando nos organizamos, votamos, testificamos, marchamos y exigimos nuestro lugar en la mesa. Así es como se logra la justicia. Así es como prosperan las comunidades.
Mi equipo y yo no damos tregua en esta lucha. Ya sea en las calles de nuestro distrito o en las cámaras de Albany, estamos presentes. Audiencia tras audiencia, día tras día, dejamos claro que las prioridades del Distrito 31 no son negociables. Luchamos por un presupuesto que invierta en nosotros: en la educación de nuestros/as hijos/as, en el bienestar de nuestras comunidades, en la dignidad de los trabajadores, en el derecho fundamental a la vivienda y en la urgente necesidad de justicia climática y medioambiental.
Presionamos por un futuro en el que la seguridad pública se base en el cuidado, no en el miedo; en el que la atención médica, la salud mental y los servicios humanos no sean privilegios, sino derechos garantizados; en el que el desarrollo económico beneficie a todos, no solo a quienes tienen conexiones.
El camino es largo y la oposición feroz. Pero que quede claro: esta lucha no es solo mía, sino de cada estudiante que sueña con una oportunidad justa, de cada trabajador que exige equidad, de cada familia que busca estabilidad y de cada neoyorquino que sabe que los presupuestos son documentos morales que reflejan mucho más que cifras: reflejan nuestros valores más profundos.
Tu voz importa. Tu compromiso es fundamental. Y tu acción es la fuerza que definirá las decisiones en Albany y más allá. Mantente firme, hazte escuchar y sigue luchando. Porque cuando nos unimos, cuando nos negamos a aceptar menos de lo que merecemos, logramos lo impensable.
A medida que avanzamos, tomemos un momento para abrazar a nuestra comunidad, fortalecer lazos, cuidar de nosotros mismos y de nuestros seres queridos, y mantener la mirada fija en el futuro que estamos construyendo juntos.
En solidaridad,
RJ
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